¡Atención!, para poder disfrutar de la playa con el más pequeño de la casa es necesario tomar conciencia de una serie de cuidados y precauciones especiales…
1. La piel del bebé
Es bien sabido que el sol tomado adecuadamente fortalece las defensas, es beneficioso para los huesos, mejora el aspecto de la piel y sube el ánimo, entre otros efectos positivos.
Expertos dermatólogos destacan que el sistema natural de protección en los niños no está desarrollado, y recomiendan no exponerlos al sol directamente durante el primer año de vida, existiendo además un destacable peligro de quemaduras y de aparición de lunares que pueden derivar en males mayores. Por tanto, conviene que el bebé permanezca en zona sin exposición directa al sol y con la piel cubierta; según vaya creciendo, podrá disfrutar de los beneficios de esa exposición en breves intervalos de tiempo y divertirse en el agua o en la arena con gorrita y los convenientes protectores solares.
2. El bebé y las olas
Algunos niños no tienen ningún miedo al agua y son capaces desde el primer día de lanzarse en busca de las olas y disfrutar de las posibilidades que ofrece la playa; otros, sin embargo, reaccionan con un poquito de miedo ante esa cantidad ingente de agua, que se acerca muy deprisa y que pica en los ojos…
Leer más en http://www.paraisokids.es/blog/colaboradores/144-mi-bebe-en-la-playa